Mira que existen drogas en este mundo, para que a todos nos haya dado por el alcohol.
A pesar de tener ayer las luces suficientes para no beber más de tres litros y medio de cerveza a lo largo de la tarde, la cabeza no se puede decir que la tenga en su mejor momento. Y un lunes con resaca trabajando es una experiencia que aún no había tenido el gusto de vivir. Había visitado un campo de concentración con resaca, cosa que también debería disfrutar todo el mundo una vez en la vida, pero no había estado tratando de leer cien páginas sobre la transición de productos a servicios en el sector secundario con resaca. Así que aquí estamos, descubriendo nuevas sensaciones.
Al margen del malestar físico, otra maravilla de esta costumbre nuestra es recordar cada una de las cosas que se le ocurrió a uno hacer y decir en ese estado de enajenación mental. Ejercicio que siempre te aporta gratas sorpresas.
Gente a la que le prometimos cosas ayer en la Oktober, hasta donde alcanzo a recordar por el momento:
- A dos tíos enormes que hacen triatlón, les dije que yo también estaba interesada en hacer triatlón, y que empezaría a ir con ellos a nadar.
- A un par de chavales que viven en una ciudad más pequenya a dos horas de Munich, les prometimos que iríamos un fin de semana para allá, y les dijimos que, por supuesto, estaban invitados a casa cualquier fin de semana que quisieran.
- A una pareja de alemanes que (visto desde la lucidez del día después) nos parecen un puto conyazo, les prometimos quedar para una cena de comida espanyola, supuestamente cocinada por nosotros. Ellos traerán las bebidas.
Todas estas personas (y bastantes más) tienen nuestro teléfono, nuestro e-mail, o ambos. Los dos primeros compromisos pueden traer algo bueno, pero el tercero es realmente preocupante. Sobre todo porque parecían completamente decididos a llamarnos, y altamente ilusionados por el inminente descubrimiento de la gastronomía ibérica. Ahora nos planteamos si tirar la tarjeta alemana a la basura, o guardarla en un cajón por los próximos tres meses. Lo que es seguro es que la nueva manía de ir compartiendo nuestros datos de contacto con cualquiera que se cruce por delante dentro de esas carpas de perdición se tiene que acabar. Pero a ver quién convence al subconsciente, que claramente ha considerado que estamos en una ciudad nueva y que hay que conocer gente...
lunes, 29 de septiembre de 2008
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7 comentarios:
Es curioso como los amigos los trae la suerte: De pequenyos por la clase en la que te toca. Luego más de lo mismo: companyeros de trabajo, de taekwondo...
y ahora los companyeros de mesa de la Oktober.
A mí la resaca me está trayendo flashes con la cara de la alemana para la que en teoría tenemos que cocinar (que he bautizado como carasapo).
Además, no me puedo quitar de la cabeza las putas canciones rancias que se cantan. No puedo ver youtube aquí pero esta debe de ser una de las canciones que se cantan cada 5 minutos, para hacerse una idea: http://de.youtube.com/watch?v=QyjSR6tIUSg
A mí también me vienen flashes de carasapo. No quiero que nos llameee!! :(
Es que esto es un desastre, estamos montando las bases de nuestra red social en Alemania jugando a la ruleta rusa...
jajjajaja lo de las promesas es un clásico!!! pero ei, el problema contrario tb da mucha rabia: la gente te promete hacer algo super divertido y al día siguiente se ríen en plan "tiaa nava borratxu/a, passo de fer el pena!" :( Se podría incluir en la lista de putadas de la vida... (aunque no dudo que tener que preparar cocina ibérica para carasapo y marido sería otra XD)
pd: he vuelto a la normalidad... estudio nocturno!
Ooohh, qué envidia, estudio nocturno! :) (qué mal suena esto, pero ya queda claro que es por lo de nocturno, no por lo de estudio, no?)
Pues Nacho y yo nos hemos apuntado a un par de asignaturas en la UNED, se nos había olvidado comentártelo, así que ya veremos si te seguimos pronto en la vuelta a la normalidad... ;)
Por lo pronto, un mes más tarde, se me empiezan a pegar las sábanas por la manyana, y mi llegada al trabajo se empieza a acercar más a las 10 que a otra cosa... así que yo también voy tirando hacia la normalidad. xD
He puesto por unos días la tarjeta espanyola en el móvil y la alemana en la repisa de la ventana como cuarentena de emergencia. Como además tenemos buzón de voz creo que estamos a salvo.
Lo del buzón lo digo porque a la segunda que les salga el buzón yo creo que nos borran de su agenda.
...Yi si no lo hacen es que son unos psicópatas y estamos perdidos de todas formas
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